Nos dirigimos a la casa del resto de la familia para decirles que Nessi ya había iniciado su primer día de instituto cuando Alice se acercó a nosotros saltando con la misma gracilidad de siempre y con una sonrisa en los labios que dejaba entrever sus dientes blancos y afilados.
- Tranquila Bella, Nessi estará bien he intentado ver lo que pasará aunque me ha costado un poco y no le ocurrirá nada malo, aunque conocerá a dos niñas nuevas que también es su primer día en el instituto de Forks y que se mostrarán muy amables con ella aunque…- hizo una pequeña pausa y mi querido marido la miró con una cara bastante tensa, como si hubiese dicho algo que le hubiera preocupado realmente, no solía preocuparse por las visiones de Alice y supe que esta era para preocuparse realmente. Quise preguntarle el por qué de esa preocupación repentina pero de repente Alice siguió con su discurso sobre el cercano futuro- son un tanto especiales ya que no suelen juntarse con los demás y parece que guardan una cierta relación con nosotros aunque no llego a averiguar cuál. Pero de momento no corre ningún peligro, de todas formas la mantendré vigilada aunque no con mucha claridad, ya sabes por qué- dijo con cierta intención para tranquilizarme.
Aunque no podía dejar de pensar en aquella relación que dos adolescentes podrían mantener con la familia Cullen, había muy pocas solamente se me ocurría una sola y creo que podía ser bastante acertada. Me pareció que todos pensaban lo mismo que yo al ver sus caras estupefactas plantadas en aquel enorme salón.
- Cre… Cree… Creéis que mi pequeña puede relacionarse con dos vampiras adolescentes que seguramente no sean vegetarianas como nosotros y que tengan una enorme curiosidad por mi hija y que probablemente no sean una… ¿buena compañía?- dije sin poder dar más explicaciones de mi posible y más que segura teoría.
- Puede ser una opción, pero de momento no debemos preocuparnos por algo que Alice haya visto, vamos a ver, lo que quiero decir, Bella, es que ya sabes que las visiones de Alice no son seguras y menos si tratan de la vida de Nessi- espetó Carlisle.
El día transcurrió pero no pudo ir más lento, eran las doce y media y dentro de media hora Nessi estaría en casa para las tres volver al colegio.
Me arrepentí de haberla convencido para ir al colegio, era tonta, me sentía culpable y no me perdonaría nunca si le llegase a pasar algo.
De repente, unas manos que yo conocía muy bien agarraron mi rostro y lo elevaron a la escultura más bella del mundo y dijo con una suave voz:
- Bella cariño, por favor, cálmate seguro que no va a pasar nada, además, Alice te ha dicho como diez veces que ha visto que no le van a hacer daño, sólo van a conocerse. Ya hablaremos con Nessi de esto cuando llegue- dijo besándome con pasión en los labios.
Decidí calmarme un poco y pensar en cosas agradables, como por ejemplo, cuando conocí a Edward o la primera vez que me dijo “te quiero”, pero aún así, no pude quitarme aquello de la cabeza.
Llegó la hora y Nessi llegaría a nuestra pequeña cabaña, si no nos dábamos prisa, no nos encontraría allí.
-Edward quizás deberíamos ir yéndonos para la cabaña para cuando Ness llegue – dije.
- Tienes razón deberíamos irnos ya- respondió- Bueno os vemos más tarde vamos a por Ness y ahora venimos, será mejor que estemos todos para cuando haya que darle la noticia- asentí con la cabeza, tal vez sería mejor darle todas las explicaciones y ella a nosotros, para poder sacar más soluciones entre todos.
Salimos por la puerta a la máxima velocidad para poder llegar cuanto antes a ver qué tal estaba nuestra hija.
Cuando llegamos, Edward me dijo que pronto estarían aquí que me tranquilizara un poco.
Esperamos sentados en silencio en el sofá del salón a esperar con paciencia. Pasaron cinco minutos y de repente oímos el ruido del coche acercándose a la casa. Tanto Edward como yo, nos pusimos en pié hasta que los dos llegaron a casa con una enorme sonrisa, hablando del transcurso del día. Me acerqué a ellos hasta poder agarrar a Nessi por los brazos para poder abrazarla.
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